Publicidad sexista
¡Hola Meninas y Meninos!
Aunque la publicidad ha cambiado mucho en estos últimos años, y la representación femenina en los anuncios va cambiando y ampliándose según va evolucionando la sociedad, aún hay mucho camino por recorrer, por eso hoy voy a hacer un tránsito por el tema de la publicidad sexista.
Algunos anuncios de los años 60 parecen sacados de una pesadilla, muestran una España machista y racista. El hombre tenía libertad para menospreciar a cualquier otra persona, mujer, niño/a, etc...
En la publicidad de aquella época la mujer se mostraba como una esclava que debía comportarse con temor a fracasar como ama de casa y de que su marido dejase de quererla. Se la mostraba con una candidez absurda, como una especie de geisha. Había dos tipos de mujer, las solteras y las casadas; las que todavía no habían encontrado un hombre debían de darse prisa y ponerse guapas.
En aquel momento había decenas de anuncios que mostraban como el esposo, trajeado, llegaba a casa y su mujer corría a recibirlo como un perrito fiel; entonces él le preguntaba por la comida, mientras ella le servía un licor, le acercaba el periódico y le ponía las zapatillas.
La publicidad dejaba muy claro que el hombre sí podía sentirse agotado por su trabajo, mientras que la mujer, no solo, no podía quejarse de limpiar, cocinar y educar, sino que lo tenía que hacer con una sonrisa.
Desde entonces se ha recorrido un largo y complicado camino hasta hoy, al punto que muchos de esos anuncios hoy estarían prohibidos.
En este largo recorrido las mujeres a menudo han sido utilizadas como reclamos publicitarios sexuales, y hoy día, aunque en menor medida, se sigue haciendo esa utilización de una forma más sutil, pero con menos impunidad.
El estereotipo publicitario de las mujeres, como un objeto de consumo más, es una constante, tanto en la publicidad que se dirige al público masculino como al femenino. El mercado publicitario no está dispuesto a renunciar a los grandes beneficios que le reporta la exhibición del cuerpo de las mujeres.
La Guía de Intervención ante la Publicidad Sexista, realizada por el Instituto de las Mujeres, define la publicidad sexista como "un efecto perverso y no deseado de la comunicación publicitaria". Desde la Asociación de Usuarios de la Comunicación (AUC), se considera sexista la publicidad que ofrece una imagen estereotipada, discriminatoria de la mujer y que visualiza a la mujer como objeto sexual, siendo denigratoria en sí misma.
En pleno siglo XXI, en una sociedad democrática y plural como la nuestra, la mujer no puede ser utilizada como reclamo para la comercialización de bienes y productos de consumo.
Dado el impacto social que tiene la publicidad y los medios de comunicación, al igual que las redes sociales, se tienen que fijar límites y no permitir que se fijen estereotipos, ni que se atente contra la dignidad de la mujer.
Las personas nos nutrimos de los mensajes que percibimos a través de los medios de comunicación, la publicidad influye en nuestra forma de pensar. Por ello hay que cuidar mucho la imagen que se da de la mujer a través de los canales de comunicación, creando anuncios no sexistas, puesto que todo aquel comportamiento vejatorio hacia la mujer influye en la legitimación de los comportamientos machistas hacia las mujeres.
Los consumidores/as están cada vez más concienciados en contra del sexismo en los anuncios publicitarios, pero a pesar de ello, no hay que dejar de lado la violencia simbólica que se genera hacia las mujeres presentes en los nuevos modelos publicitarios y en los micromachismos que siguen presentes en los anuncios actuales.
De unos anuncios machistas antiguos, en los que no se escondía el sexismo, ya que estaba aceptado por la sociedad; hemos pasado a un nuevo modelo de comunicación, las redes sociales, donde se está introduciendo mucha publicidad, generando contenido constantemente y donde la publicidad sexista puede diluirse entre tanta información. (livolet.com, 2021)
En 1994 se creó el Observatorio de la Imagen de las Mujeres (OIM), para dar cumplimiento de los compromisos legales, tanto europeos como nacionales, de fomentar una imagen equilibrada y no estereotipada de las mujeres. Se gestiona desde el Instituto de las Mujeres y su objetivo es analizar la representación de las mujeres en la publicidad y medios de comunicación, ver cuáles son los roles más significativos que se les atribuyen, y en el caso de que estos sean sexistas, realizar acciones que contribuyan a suprimir las imágenes estereotipadas.
Para cumplir sus objetivos el OIM tiene encomendadas las siguientes funciones:
- Recogida de las quejas ciudadanas y seguimiento de oficio de los contenidos sexistas.
- Análisis y clasificación de los contenidos detectados o denunciados con el fin de obtener una visión del tratamiento actual de la imagen de las mujeres en la publicidad y los medios de comunicación.
- Actuación frente a los emisores de los mensajes discriminatorios, solicitando la modificación o retirada de las campañas más estereotipadas o denigrantes para las mujeres o requiriéndoles un cambio de línea en sus acciones futuras.
- Difusión de la información obtenida con el fin de continuar fomentando el rechazo social al tratamiento discriminatorio a través de la comunicación mediática.
- Participación en actividades de formación y sensibilización sobre la influencia que el tratamiento discriminatorio en los medios y la publicidad tienen en la desigualdad.
Para ello se amparan en los siguientes fundamentos jurídicos:
- Ley 34/88, de 11 de noviembre, General de Publicidad: Artículos 3 y 6.
- Ley Orgánica 3/2007, de 22 de marzo, para la Igualdad Efectiva de Mujeres y Hombres: Artículo 41.
- Ley, 7/2010, de 31 de marzo, General de la Comunicación Audiovisual: Artículos 4.2 y 18.1
https://livolet.com/noticias-feminismo/publicidad-sexista/
https://www.inmujeres.gob.es/observatorios/observImg/home.htm
¡Buenas Mº José! Quería comentarte porque me ha gustado mucho tu entrada, tu claridad y objetividad, lo necesario que es que no se deje de hablar sobre este tema, como los muchísimos micromachismos de los que apenas percatamos y aguantamos con ellos. Como bien dices, no podemos hacernos ver que este tema es hablar en pasado, pues se sigue viendo y se siguen llevando a cabo en aspectos de todo tipo todas esas ideas sexistas de la figura de la mujer. Siempre con razonamiento debemos luchar por erradicarlo en cada una de sus formas y no dejarlo en manos de aquellxs que tienen el control de lo que mueve a las masas. Además no conocía el O.I.M y me alegra saber de su existencia. La idea clave es concienciarnos poco a poco de la mejor manera y un gran ejemplo es esta entrada. Se aprende mucho contigo. Un saludo
ResponderEliminarMuchas gracias por tu comentario compañera! , como bien dices debemos luchar para erradicarlo y estar alerta por las diversas formas en las que se presenta. Por eso, una vez más la educación es fundamental y nuestra futura profesión imprescindible.
ResponderEliminarUn saludo!
ResponderEliminarHola Mª José.
En primer lugar quería felicitarte por la entrada tan interesante a la vez que importante que has realizado.
Considero que toda experiencia del pasado nos debe hacer aprender de forma sólida toda la vergüenza recibida. No obstante, el proceso de cambio sospecho que va a ser y está siendo lento, porque una madurez social no se consigue de la noche a la mañana.
Mientras exista, como desgraciadamente lo hay, gente machista que normalizan el reclamo del cuerpo femenino como atracción publicitaria, va a ser difícil llegar al objetivo de la igualdad en este ámbito.
Por lo que, como conclusión final, considero que ante estos comportamientos, la mejor medicina es la educación en igualdad desde edades muy tempranas.
Un saludo:)
Hola Ana:
ResponderEliminarGracias por tu reflexión, coincido completamente contigo, se debe producir un cambio bastante grande en la sociedad para poder conseguir una igualdad plena y eso conllevará un trabajo arduo y mucho tiempo. Desde luego, la educación siempre es fundamental y la base para poder lograrlo. Pero bueno, eso no nos quitará las ganas de luchar!
Un saludo compañera!